El unicornio mágico era el único de su especie en el bosque encantado. Tenía un hermoso pelaje blanco, una crin arcoíris, y un cuerno dorado que brillaba con luz propia.
Era capaz de hacer magia con su cuerno, pero solo la usaba para hacer el bien y ayudar a los demás animales. El unicornio mágico era muy feliz y tenía muchos amigos, como el hada azul, el dragón verde y el gnomo rojo.
Un día, el unicornio mágico sintió una extraña sensación en su cuerno. Era como si alguien lo estuviera llamando desde muy lejos.
Siguió el impulso y se adentró en lo más profundo del bosque, donde encontró una cueva oscura y misteriosa.
Entró con cuidado y se sorprendió al ver a otro unicornio igual que él, pero de color negro. El unicornio negro tenía un cuerno plateado que emitía una luz fría y sombría.
Era capaz de hacer magia con su cuerno, pero solo la usaba para hacer el mal y dañar a los demás animales. El unicornio negro era muy solitario y no tenía amigos, solo enemigos.
– ¿Quién eres tú? – preguntó el unicornio mágico con curiosidad.
– Soy tu opuesto, tu rival, tu némesis – respondió el unicornio negro con desprecio.
– ¿Qué quieres de mí? – preguntó el unicornio mágico con cautela.
– Quiero destruirte y quedarme con tu poder – dijo el unicornio negro con malicia.
– ¿Por qué? – preguntó el unicornio mágico con tristeza.
– Porque eres diferente a mí, porque eres bueno y yo soy malo, porque eres feliz y yo soy infeliz – dijo el unicornio negro con rencor.
– No tiene que ser así – dijo el unicornio mágico con esperanza – Podemos ser amigos, podemos compartir nuestro poder, podemos ser felices juntos.
– No seas ingenuo – dijo el unicornio negro con burla – No hay lugar para la amistad entre nosotros, solo hay lugar para la guerra. Prepárate para luchar, porque solo uno de nosotros saldrá vivo de esta cueva.
Y así comenzó una batalla épica entre los dos unicornios, que usaron su magia para atacarse y defenderse. El bosque entero se estremeció con sus choques y sus rugidos.
Los demás animales se escondieron asustados y rezaron por la victoria del unicornio mágico. La lucha duró horas y horas, hasta que ambos quedaron exhaustos y heridos.
El unicornio mágico tenía cortes y quemaduras por todo su cuerpo. El unicornio negro tenía moretones y fracturas por todas partes. Ninguno podía dar un paso más.
– Ríndete – dijo el unicornio negro con voz débil – Admite que soy más fuerte que tú.
– Nunca – dijo el unicornio mágico con voz firme – Admite que soy más noble que tú.
– Jamás – dijo el unicornio negro con voz orgullosa – Admite que soy más inteligente que tú.
– Imposible – dijo el unicornio mágico con voz sabia – Admite que soy más bondadoso que tú.
– Nunca lo haré – dijo el unicornio negro con voz cruel – Admite que soy más poderoso que tú.
– No lo eres – dijo el unicornio mágico con voz serena – Somos iguales en poder, pero diferentes en corazón.
Y entonces ocurrió algo increíble. El cuerno del unicornio mágico se iluminó con un arcoiris de colores.
El cuerno del unicornio negro se oscureció con un abismo de sombras. Los dos cuernos se conectaron por un rayo de luz que los envolvió por completo.
Los dos unicornios sintieron un dolor insoportable y luego una paz indescriptible, no se escuchaba absolutamente nada, todo era silencio.
De pronto el brillo del arcoíris cruzo el bosque encantado, los dos unicornios se miraron y el poder del bien del unicornio mágico hizo el milagro de conciliar al unicornio negro, y se unieron en una sincera amistad.
Todo el bosque festejó por la unión de los unicornios y finalmente el bien logró la victoria y pudieron tanto los unicornios ser felices como el resto de los animales del bosque, poder vivir en paz y armonía.